¿El secreto de una melena bonita? Un cuero cabelludo sano
Un cuero cabelludo saludable es la base de una un pelo envidiable. Hablemos de sus trastornos y cómo cuidarlo para prevenirlos.
Tener una melena hermosa —léase, con volumen, brillante, resistente y suave al tacto— es uno de los máximos objetivos de la belleza. Sin embargo, para lograrlo no basta con enfocarse en el cuerpo y las puntas del cabello, sino que hay que ir —nunca mejor dicho— directamente a la raíz: el cuero cabelludo.
Un cuero cabelludo sano es la base de un pelo envidiable. Por ello, debes pensar en él como una extensión de tu cutis. La piel de esta zona es víctima de los mismos agresores medioambientales que la del resto de tu cuerpo —y, de hecho, produce más sebo y grasa que cualquier otra parte de la piel—, por lo que un régimen de cuidado similar al del rostro tiene todo el sentido.
El mal olor, las erupciones, el exceso de sebo, la resequedad, comezón, irritación, sensibilidad, textura acartonada y rojez son síntomas de un cuero cabelludo desequilibrado. Desatenderlos puede detonar enfermedades tópicas e, incluso, la pérdida capilar. ¡Toma nota de lo que debes hacer para evitarlo!
¿Qué es el cuero cabelludo y cuál es su función?
El cuero cabelludo es el tejido que reviste el cráneo del ser humano y en donde crece el cabello. Funciona como barrera física, protección inmunológica y aislante térmico.
Consta de cinco capas: la piel, el tejido conectivo, la aponeurosis epicraneal, el tejido areolar suelto y el pericráneo. Las primeras tres forman una sola unidad y es ahí donde está el cabello. Además de los folículos pilosos, en este conjunto habitan numerosas glándulas sebáceas y la levadura natural que desarrolla los aceites humectantes.
Cabe mencionar que estos tres elementos deben vivir en perfecta armonía y balance para así disfrutar de un cuero cabelludo sano.
¿Por qué ocurren los trastornos del cuero cabelludo?
La primera causa es una higiene insuficiente o el uso de los productos incorrectos. Otros factores que causan trastornos son ciertas enfermedades, efectos secundarios de medicamentos, la genética y hasta la alimentación.
Según Eva Proudman, MIT, IAT, tricóloga del Instituto de Tricólogos de Reino Unido, es importante establecer una dieta balanceada —rica en proteínas—, dormir suficientemente y mantener un nivel de estrés bajo para que los folículos pilosos se desarrollen.
Resequedad en el cuero cabelludo
Cuando el equilibrio de la humedad natural del cuero cabelludo está alterado, la consecuencia puede ser un cuero cabelludo seco y pruriginoso. Este puede asociarse a factores internos como el envejecimiento, los procesos cutáneos —como la dermatitis atópica o la psoriasis—, el estrés físico o emocional, los factores genéticos y cambios hormonales.
También influyen factores externos, como los cambios de temperatura, una dieta deficiente, el tabaquismo, la contaminación, los productos capilares que usas y los medicamentos que consumes.
Después de que el cuero cabelludo haya perdido su humedad natural, su capa protectora puede deteriorarse. A su vez, esto permite que sustancias nocivas penetren fácilmente en la piel, dando lugar a microinflamaciones.
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Cuero cabelludo graso
Este se produce como consecuencia de sobreproducción de sebo que, en condiciones normales, es el que protege al cabello y lo mantiene sano. En exceso, la grasa puede desencadenar en caspa o dermatitis seborreica.
Aunque el cuero cabelludo graso se debe, principalmente, a la genética, esta situación también puede verse agravada por el estrés, la alimentación deficiente, falta de vitaminas del tipo B, el exceso de lavados —especialmente si es con fórmulas inadecuadas para este tipo de pelo— y abuso de los productos de estilizado.
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Enfermedades del cuero cabelludo
Las enfermedades se adquieren a causa de gérmenes y otros microorganismos que afectan la corteza donde nace el cabello. Algunas de las más frecuentes son la alopecia (pérdida capilar), seborrea (producción anormal de sebo), pitiriasis (descamación), tiña (costras en el cabello) y pediculosis (invasión de piojos).
Si sospechas que padeces alguna de ellas, debes consultar a un dermatólogo tricólogo, quien determinará la causa exacta y te prescribirá un tratamiento.
Dolor en el cuero cabelludo
Hay cueros cabelludos más sensibles que otros. Si la piel es intensamente sensible, puede significar que el cuero cabelludo es hiperreactivo o hipersensible.
Aparte de la propia naturaleza, es posible que el dolor sea causado por una dieta desequilibrada, el uso de shampoos agresivos —que acaban con parte del manto protector del cuero cabelludo—, el estrés y el abuso de los peinados recogidos y las herramientas térmicas.
Editor’s tip: Usa un shampoo neutro, es mucho más gentil con tu piel. El shampoo Bioexpert Blue Agave hidrata el cabello desde el interior y controla el encrespamiento, dejándolo suave y visiblemente saludable. Su fórmula, con 91% de ingredientes de origen natural, está libre de sal, parabenos, parafinas, alcohol y colorantes.
Por último, existen otras causas del dolor a las que debes poner atención, como la dermatitis, tricodonia, foliculitis, pediculosis y arteritis. Si padeces de sensibilidad en el cuero cabelludo, consulta a tu médico para descartar estas enfermedades.
Cuidados generales para el cuero cabelludo
En general, hay ciertos hábitos que debes poner en práctica para mantener tu cuero cabelludo saludable. Considera los siguientes tips:
Exfolia
Para ayudar a impulsar el proceso de renovación celular de la piel, exfolia tu cuero cabelludo con regularidad. Si sufres de resequedad o psoriasis, es posible que debas exfoliarte dos o tres veces por semana; de lo contrario, hacerlo una vez a la semana suele ser adecuado para eliminar las células muertas de la superficie.
Evita el calor
Muchos problemas comunes del cuero cabelludo surgen de la piel seca o se agravan por el tejido deshidratado. Cuando te bañes, evita exponer tu cuero cabelludo al agua caliente. En su lugar, usa agua tibia, lo que permite que el sebo natural necesario para humectar el tejido permanezca en tu cuero cabelludo.
Una o dos veces por semana, omite la secadora y deja que tu cabello se seque al aire de forma natural.
Masajea
Debajo de la piel del cuero cabelludo, hay una red de vasos sanguíneos que transportan oxígeno y nutrientes vitales al tejido. Mantén la circulación activa masajeando la piel cuando te apliques el shampoo. Luego, una vez a la semana, dedica de 5 a 10 minutos a masajear el cuero cabelludo con suaves movimientos circulares.
Editor’s tip: No te excedas, masajear de más podría producir seborrea.
Limita los tratamientos químicos
Los químicos utilizados en la permanente, el alisado y la coloración pueden resecar e irritar tu cuero cabelludo. Permite que los haga un profesional y sigue sus recomendaciones sobre la frecuencia de los retoques. Además, durante el procedimiento, pon atención a los signos de irritación, como ardor y picazón. Si ocurren, notifica a tu estilista inmediatamente.
Mantén una higiene óptima
Una rutina de cuidado adecuada implica una limpieza regular para eliminar las bacterias, el sudor y el exceso de grasa de la piel. La frecuencia de lavado depende de factores que van desde tu tipo de pelo hasta tus actividades cotidianas, pasando por la forma en que lo estilizas y los productos que usas.
La comezón en el cuero cabelludo y el pelo visiblemente seboso son los principales síntomas que indican que es hora de lavar tu pelo. Pero para no llegar a este punto, lo mejor es conocer tu cabello.
Protégete del sol
El cáncer de piel es un problema de todos. Desde 2001, es el segundo más frecuente en México y con frecuencia se desarrolla en el cuero cabelludo, pues casi siempre está expuesto al sol. Cuando planees asolearte por un periodo largo, asegúrate de usar un sombrero.
Come bien
Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, le dará a la piel del cuero cabelludo las materias primas necesarias para producir células nuevas y saludables.
Esfuérzate por consumir de dos a cuatro porciones de frutas y de tres a cinco porciones de verduras al día. Además, incluye de dos a tres porciones de carne, aves, pescado, huevos y nueces para asegurarte de que su cuerpo tenga un suministro adecuado de proteínas, que son necesarias tanto para el cuidado del cuero cabelludo como para una cabellera saludable.