Hasta la raíz | Todo lo que a tu estilista, peluquero y barbero les gustaría que supieras
¿Cómo es la vida de un estilista, peluquero o barbero? ¿Qué es lo más difícil de afrontar todos los días? Y ¿qué es todo lo que no se atreven a decir? ¡Te lo contamos!
Si no lo sabes, te lo cuento: el 25 de agosto se conmemora el Día del Estilista en México y alrededor del mundo. No obstante, lo bonito del internet es que podrías llegar a este artículo en cualquier momento del año y, aún así, no dejará de se relevante todo lo que tienen que decir los profesionales del cabello ––no importa si hablamos de estilistas, peluqueros o barberos.
Como clientes, no solemos pensar en esa persona que se refleja en el espejo, aquella que lleva en las manos las tijeras o navajas y, al mismo tiempo, funge como terapeuta. Nuestros talentosos expertos capilares tienen toda una vida que dejan de lado para darnos el mejor servicio, no importa la fecha ni la hora. Pero ¿qué hay detrás de esa sonrisa fija y el espacio donde practican su más grande pasión?
Nadie puede negar que, en todo México, existe gente talentosa, pero, siendo Querétaro mi ciudad natal, reuní a los mejores en materia capilar para mostrarte cómo son sus días, inspirarte con sus historias y tomar en cuenta todos los errores que, como clientes, cometemos una y otra vez sin darnos cuenta.
¡Que tu próxima visita al salón de belleza (o barbería) se convierta en una experiencia diferente después de leer diferentes testimonios!
Vanessa Monzón y Victoria Botello, estilistas y fundadoras de OMORFIA
Pese a la construcción social negativa sobre dedicarse a ser estilistas, Vanessa y Victoria, las creadoras de OMORFIA (@omorfia.beautysalon), decidieron seguir su pasión y han conseguido el éxito con cientos de recomendaciones para cortes, tratamientos y diferentes técnicas de coloración. Para ellas, la comunicación entre el cliente y el estilista es clave para conseguir resultados positivos. Además, su tendencia favorita actual es el corte mariposa…
All Things Hair: ¿Creen que algo cambió en su forma de relacionarse con los clientes después de la pandemia?
Vanesa y Victoria: Sí. Implementar más cuidados de limpieza y empezar a recibir a los clientes únicamente con cita nos ayudó a tener más orden en las citas.
ATH: Siempre se dice que ir al salón de belleza es como una terapia. ¿Les gusta tener esa relación cercana con los clientes? ¿Disfrutan ser las personas con las que se desahogan o, más bien, resulta agotador?
VV: ¡Claro que nos gusta! Se crea un vínculo con el cliente. En especial cuando es un proceso tardado, ayuda a que la persona se sienta tranquila y más en confianza. Aunque, como cualquier persona, tenemos nuestros días buenos y malos. Cuando son malos, tenemos que seguir escuchando y mantener una conversación, sin importar cómo nos sentimos nosotros.
ATH: ¿Cuál es el mayor reto o situación difícil a la que se han enfrentado durante sus años de carrera?
VV: Personalmente, decidir no querer estudiar una carrera. Tomar diplomados y cursos para enfocarme en ser estilista iba en contra de lo que mis papás esperaban de mí. Fue verme involucrada en una sociedad donde, si no estudiaba una carrera universitaria, no iba a llegar a nada. Tomar la decisión de dedicarme a lo que más me gusta y lo que era mi pasión fue algo muy difícil.
ATH: ¿Cómo es su día o su rutina “fuera de cámaras”, cuando aún no llegan los clientes o cuando se van, cuando nadie ve?
VV: Cuando es tu propio negocio y, al mismo tiempo eres quien lo opera, es muy difícil tener una rutina en la que puedas hacer todo…
Trato de levantarme temprano, ir al gym (ayuda muchísimo a sacar el estrés), arreglarme y desayunar; pero eso incluye estar al pendiente de los mensajes de los clientes y organizar la agenda (en caso de que se agenden citas nuevas).
Hay días muy pesados en el salón y, el estar paradas mucho tiempo, influye en nuestra rutina. No siempre tenemos fuerzas para ir al gym ni para ver amigos o novios después del trabajo, lo único que queremos es acostarnos.
ATH: ¿Qué le dicen a alguien cuando se dan cuenta de que no le gusta su pelo y es inseguro por su aspecto?
VV: Una de nuestras pasiones es ver el impacto que tenemos en una persona insegura, encontrar la manera de poner nuestro granito de arena. Ayudamos a nuestros clientes a sentirse mejor con algo que podría ser insignificante para ellos.
Por ejemplo, si una clienta va a cortarse el pelo y notamos alguna inseguridad, tratamos de recomendarle productos, efectos de color o tratamientos que sabemos realmente le van a favorecer y harán que su pelo llame muchísimo más la atención. Tratamos de hacerles ver los tonos que les favorecen y su razón de ser. Así, ellas empiezan a preguntar y a incluirse en el proceso.
ATH: ¿Cómo es el cliente perfecto?
VV: Creo que no hay cliente perfecto, porque no hay ser humano perfecto. Pero un cliente que recordamos es alguien educado: no precisamente tiene que ser platicador, pero que tenga una buena comunicación con su estilista es clave para que el resultado sea el indicado.
ATH: ¿Cómo es el peor cliente?
VV: Por experiencias personales, los clientes que son indecisos podríamos considerarlos los más difíciles de entender, ya que traen diferentes ideas en la cabeza y, al final del día, no quedan satisfechos, sin importar el trabajo que se les haya realizado.
ATH: ¿Qué cosas dirían que son imperdonables de un cliente?
VV: En un negocio donde vendemos nuestros servicios, estamos expuestos a muchos problemas. Creo que eso es algo con lo que, una vez entendido y aceptado, aprendes a lidiar fácilmente.
Sin embargo, algo en específico que no toleramos en el salón es la prepotencia y la falta de respeto hacia cualquier persona de nuestro equipo. Como lo dije antes: todos tenemos días malos y es parte de nuestro trabajo hacer nuestros problemas personales a un lado y enfocarnos en nuestro trato al cliente; pero muchas veces no se ponen en el mismo canal y se terminan desquitando con nosotros. Yo no tengo el derecho de faltarle al respeto a nadie, por lo tanto, el cliente no tiene el derecho de faltarle el respeto a mi equipo de trabajo.
ATH: ¿Qué opinan de los clientes que les piden que hagan lo que ustedes quieran con su pelo? ¿Cómo lo manejan?
VV: Es como un cumplido hacia mi trabajo. La persona que está frente a mí está confiando en lo que hago y, al mismo tiempo, refleja la confianza que le transmití para escoger el trabajo que más le va a favorecer. Pero siempre le explicamos el procedimiento para que esté consciente de qué es lo que le vamos a realizar.
ATH: ¿Qué hacen cuando alguno de sus clientes les pide algún corte o tinte, por ejemplo, que, por su experiencia, saben que no va a ser favorecedor? ¿Intervienen o prefieren dejar que experimenten bajo su propio riesgo?
VV: Siempre intervenimos de manera educada, encontramos la manera de explicarle los pros y contras del servicio que quiere y tratamos de agregar algún otro servicio que sabemos que se le puede ver mejor. Así, ellos deciden por cuenta propia, sin sentirse atacados u ofendidos.
ATH: ¿Cuáles son las tendencias de pelo que más les gustan actualmente?
VV: En lo personal, estoy fascinada con el pelo largo y el corte mariposa. Este da muchísimo movimiento al pelo, con la ventaja de tener una melena larga sin que se vea descuidada o sin “chiste”.
ATH: Si sus clientes tienen alguna condición como caspa, por ejemplo, ¿les molesta que no se los digan y tengan que descubrirlo después?
VV: En lo personal, no me molesta, porque muchas veces [hasta] tener caspa o alguna otra condición es una inseguridad. A algunas personas se les hace hablar del tema y a otras, no. Por lo tanto, no es algo que nos moleste, pero sí encontramos la manera de comunicárselo al cliente de forma discreta, para recomendarle productos y especialistas que puedan ayudarle.
ATH: ¿Qué hacen cuando se equivocan?
VV: Antes de cualquier procedimiento que sabemos se puede complicar, le explicamos al cliente cualquier situación que podría pasar. En caso de que algo pase, [debemos] aceptar el error, pero, sobre todo, encontrar alguna solución para que el cliente esté tranquilo.
ATH: ¿Cómo manejan una situación en la que al cliente no le gustó el resultado?
VV: Platicar con el cliente es clave. Muchas veces nos ofendemos como primera reacción cuando escuchamos que a alguien no le gustó algo nuestro, ya sea en lo laboral, personal o sentimental. Nuestra solución es entender al cliente, qué fue lo que no le gustó y por qué. Si hay explicación, dársela y encontrar una solución en la que el cliente no se vaya insatisfecho.
La comunicación desde un principio es clave para que el resultado sea positivo.
ATH: ¿Qué dirían que es lo más difícil de enfrentar todos los días en su profesión?
VV: En lo personal, el cansancio mental. Me considero una persona que se engancha mucho con las personas, en pensar si están bien, si les puedo ayudar en algo. Al escuchar tantas historias, me cuesta mucho trabajo poner mi línea profesional y no tomarme las cosas muy personales.
ATH: ¿Qué dirían que es lo más fácil y lo que más disfrutan de su profesión?
VV: Ver la transformación de la persona, por más mínima que sea. Poder aportarle algo tuyo al cliente, ver su reacción y saber que tú lo hiciste es uno de los mejores sentimientos.
ATH: ¿Qué consejo le darían a alguien que quiere dedicarse a lo mismo que ustedes?
VV: Que luche por sus sueños. En lo personal, escuché muchísimas veces la típica frase “de eso no vas a vivir”.
El único consejo que puedo dar es que hagas lo que te dé felicidad todos los días de tu vida, que te despiertes con muchísimas ganas de llegar a tu lugar de trabajo porque te llena al máximo.
ATH: ¿Qué productos les pueden recomendar a lectoras y lectores de All Things Hair?
VV: Sé, por testimonios de clientes, que Folicuré es un excelente producto para el control de caspa y caída.
Editor’s tip: El shampoo 2 en 1 Folicuré Control Caspa Hidratación hidrata el cabello desde la raíz hasta las puntas, liberándolo hasta 100% de la caspa. Además, su efectiva fórmula con biotina, pantenol y Folisacáridos contribuye a fortalecer el cabello, previniendo la caída.
ATH: ¿Qué te gustaría que supieran sus clientes?
VV:
- Siempre tengan la confianza, aunque de forma educada, de expresar si les gustó o no algún trabajo. Un profesional no lo debe de tomar personal.
- Desde un principio, comunica con tu estilista tus ideas y cómo te quieres ver.
- Nunca te hagas algo en el pelo por impulso.
- Invertir en productos de calidad para cuidar tu pelo, al final del día, es una inversión para tu persona.
- Como estilistas, siempre vamos a tratar de aportar nuestros conocimientos para que te sientas segura con tu pelo.
Erick Granados, maestro barbero y socio en Barbería El Patrón
Tras años de experiencia, Erick, maestro barbero y socio de El Patrón (@elpatronbarberiaytonicos), se ha ganado la confianza total de sus clientes. Para él, la limpieza es clave y su peor cliente es aquel que llega cubierto de gel. Además, su corte favorito es el que incluye un low fade, por su comodidad y versatilidad.
All Things Hair: ¿Crees que algo cambió en tu forma de relacionarte con los clientes después de la pandemia?
Erick Granados: No. En el proceso, tuvimos que adaptar muchos cuidados para que los clientes se sintieran seguros. Teníamos que hacer uso riguroso del cubrebocas —no podía faltar—, utilizar guantes, presentarles a los clientes cómo desinfectábamos todo el material: la silla de barbero y todo el ambiente en el que se desarrollaba el servicio. Pero, fuera de eso, cuando nos dieron luz verde, todo se ha desempeñado igual. No ha cambiado nada en específico.
ATH: Siempre se dice que ir al salón de belleza es como una terapia. ¿Te gusta tener esa relación cercana con los clientes? ¿Disfrutas ser la persona con la que se desahogan o, más bien, resulta agotador?
EG: Es algo que me gusta, a lo que puedo, como peluquero o barbero, sacarle provecho. Al sentarse en la silla, los clientes empiezan a platicar todos sus problemas, sus proyectos y su vida personal, y se hace un vínculo muy padre. He acompañado a algunos de mis clientes en todo su proceso, desde que me contaban a qué querían dedicarse hace ocho años, hasta sus propuestas de matrimonio en la actualidad.
Es muy bonito llegar al punto de amistad con ellos y eso también te ayuda a mucho a que quieran regresar por tu servicio, porque se sienten en confianza.
ATH: ¿Cuál es el mayor reto o situación difícil a la que te has enfrentado durante todos tus años de carrera?
EG: El COVID es el reto más difícil. Ahora soy socio de la barbería El Patrón, pero antes tenía una propia y tuve que cerrar. Ha sido, a nivel personal, lo más complicado. Tuve que adaptarme con citas a domicilio, horarios y restricciones.
A nivel laboral, el reto más grande ha sido manejar un equipo de trabajo. Hay mucha rotación de barberos, es complicado que se casen contigo y se pongan la playera en tu negocio. No les gusta comprometerse o no están bien preparados.
Además, muchos barberos creen que, llegando a la barbería o al lugar donde van a trabajar, ya van a tener clientes formados, cuando en realidad ellos tienen que hacer que los clientes se formen con ellos. Es un trabajo 50/50. Hay que mantenerlos contentos dentro de la barbería y, además, recomendar el servicio y hacerse notar fuera de ella.
ATH: ¿Cómo es tu día o tu rutina en un día normal, pero “fuera de cámaras”, cuando aún no llegan los clientes o cuando se van, lo que nadie ve?
EG: Como en todo trabajo, tienes que dejar tus problemas personales a un lado, tienes que adaptar tu personalidad y hacer sentir cómodo al cliente, nunca hacerlo parte de tus problemas personales.
Además de eso, preparo la estación de trabajo, desinfecto todo el material y preparo todo lo que voy a utilizar en el servicio. Esto se hace cliente tras cliente. Siempre, al terminar un servicio, hay que limpiar la estación y las herramientas. La limpieza es clave.
ATH: ¿Qué le dices a alguien cuando te das cuenta de que no le gusta su pelo y sabes que es inseguro por su aspecto?
EG: Además de decirnos barberos o peluqueros, me gusta que podemos referirnos como asesores de imagen. Por la cultura antes, un hombre no sabía cómo pedir un corte de cabello. Llegábamos a las estéticas unisex a decirle al estilista cómo hacer su trabajo y creo que muchos se acostumbraron a ir a donde “menos mal” les dejaban el pelo. Cuando resurge la barbería, todo cambia.
En El Patrón, nosotros siempre nos enfocamos en el tipo de pelo y rostro del cliente, para darle la mejor recomendación, que, además, se adapte a su día a día. No podemos recomendarle el mismo corte a alguien que está en ventas o alguien que tiene contacto con mucha gente adulta. Recomendamos con base en lo que al cliente le gusta, cómo se peina y sus necesidades.
ATH: ¿Cómo es el cliente perfecto?
EG: Es el que viene dispuesto a comportarse y a actuar de manera correcta para que podamos hacer bien nuestro trabajo. Muchos clientes agarran su teléfono y mueven la cabeza. Eso es muy incómodo para nosotros. El cliente perfecto es aquel que se va a quedar derecho, que va a moverse solo cuando se lo pidamos.
Es también aquel que te deja buena propina. Realmente no es algo que exigimos, sino algo que nos motiva y nos agrada, porque refleja que el servicio les gustó. Además, el barbero también vive de las propinas. A veces, generamos más de eso que de comisiones de servicio. No hay un monto en específico, pero sí que sea algo representativo.
ATH: ¿Cómo es el peor cliente?
EG: Hay clientes que quieren decirnos cómo hacer nuestro trabajo, hay unos muy cerrados en ese contexto. Si llegan a ver una técnica diferente o un proceso distinto al que están acostumbrados, tienden a llenarse de nervios e inseguridad y eso no permite que hagamos bien nuestro trabajo.
El peor cliente es, además, el que llega con la plasta de gel. No importa que no se laven el cabello antes, porque tenemos ese servicio, pero sí agradeceríamos que no llegaran con producto excesivo.
ATH: ¿Qué cosas dirías que son imperdonables de un cliente?
EG: El cliente que es soberbio y que quiere decirte cómo hacer tu trabajo, cuando no tiene conocimiento acerca de la peluquería. Son cerrados y no se prestan al diálogo, quieren tener la razón absoluta.
ATH: ¿Qué opinas de los clientes que te piden que hagas lo que tú quieras con su pelo? ¿Cómo lo manejas?
EG: ¡Les doy hasta masaje gratis! Si ya nos conocemos, saben cómo hago mi trabajo y confían en lo que hago. Para mí, el mejor escenario es que dejen en mis manos su cambio de look o su retoque.
ATH: ¿Qué haces cuando un cliente te pide un corte o tinte, por ejemplo, que, por tu experiencia, sabes que no va a ser favorecedor? ¿Intervienes o prefieres dejar que experimenten bajo su propio riesgo?
EG: Es muy común que pase esto. Pero, prestando un servicio, no te puedes poner a discutir o a pelear con el cliente. Nosotros damos recomendaciones cuando sabemos que puede no favorecerle y se lo justificamos, pero, si el cliente está seguro de lo que quiere, le brindamos ese servicio.
ATH: ¿Cuáles son las tendencias de pelo que más te gustan actualmente?
EG: Primero estudio al cliente y, con base en su tipo de pelo, su tipo de rostro, su vida y a lo que se dedica, siempre hacemos las recomendaciones. Sin embargo, a mí, en lo personal, me gusta jugar con desvanecidos en los laterales y con el cabello largo, por la tendencia actual. Si lo quiere dejar crecer, jugamos también con los desvanecidos en los contornos, para que se vea más limpio.
Por otro lado, el low fade ––un desvanecido bajito–– me gusta mucho porque le favorece a todo tipo de rostro y de pelo. Es muy cómodo y deja experimentar con otros cortes en la coronilla. Al unificar la coronilla con los laterales, siempre se logra un look pulcro y fácil de peinar.
ATH: Si tus clientes tienen alguna condición como caspa, por ejemplo, ¿te molesta que no te lo digan y tengas que descubrirlo por ti mismo?
EG: Preferimos que nos lo digan antes, lo agradecemos mucho. Así, no contaminamos nuestro material. Pero, hay muchos clientes que no saben o no identifican lo que tienen. Cuando nosotros lo notamos, les damos la noticia y les recomendamos algún especialista.
Me han llegado niños con piojos, y eso es incómodo para nosotros porque debemos negar el servicio para evitar que llegue a otros clientes. Pero siempre somos cuidadosos y sensibles para decirles el problema.
ATH: ¿Qué haces cuando te equivocas?
EG: Una vez tuve una experiencia muy chistosa… Estaba cortando a una persona como de 50 años, él quería un corte clásico: solo contorneado y con las patillas rebajadas. Al momento de pasar la máquina para limpiar los laterales, se me cayó la peineta y pasé la número cero.
Me llené de pena y tuve muchos nervios, pero no pude dejarlo pasar. En el momento, le dije que me equivoqué y que no había sido intencional, que me disculpara. Tuve que hacerle un corte muy juvenil, con desvanecido alto. Por supuesto, le regalamos el servicio, pero se fue muy molesto. Curiosamente, al mes regresó a realizarse el mismo corte, porque su esposa le comentó que se veía más joven y más guapo.
ATH: ¿Cómo manejas una situación en la que al cliente no le gustó el resultado?
EG: Lo primero es buscar que el cliente se vaya satisfecho, aunque no le haya gustado el resultado. No puedes pelear ni discutir, porque es llevarle la contra y hacerlo enojar más. Yo creo que, lo mejor que puedes hacer, es manejarle descuentos o un servicio extra y pensar en la mejor manera de que acepten recomendaciones profesionales de nosotros.
ATH: ¿Qué dirías que es lo más difícil de enfrentar todos los días en tu profesión?
EG: La competencia, [pensar] en cómo puedes dirigirte a los clientes para que ellos quieran ir a tu establecimiento. Este medio está muy peleado y eso es a lo que más me enfrento día con día.
Por otro lado, el manejo del personal, que adapten su vida a su oficio. Por ejemplo, si vas a una fiesta, conseguir clientes y recomendarte, decirles que eres peluquero.
Además, algo que le recalco mucho a mis alumnos es que siempre tienes que actualizarte, todavía hay mucho que aprender.
ATH: ¿Qué dirías que es lo más fácil y lo que más disfrutas de tu profesión?
EG: La atención al cliente y lidiar con ellos, caerles bien, hacerlos sentir seguros.
Me gusta mucho el factor sorpresa. Yo nunca dejo verse al espejo a los clientes mientras hago el servicio, solo hasta el final, y [me encanta] verlos felices con su resultado.
ATH: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a lo mismo que tú?
EG: Tener paciencia. No puedes pensar que, terminando tu curso de barbería, vas a tener a clientes esperándote. No hay que ser engreídos, además. Muchos barberos se creen estrellas, artistas. Y, muchas veces podemos visualizarlo así, pero sin llegar a la soberbia. Hay que estar abiertos a que, incluso gente que lleva menos tiempo que tú en esto, puede enseñarte algo.
Sean pacientes con su proceso y practiquen mucho su atención al cliente, eso lo es todo.
ATH: ¿Qué te gustaría que supieran tus clientes?
EG:
- Muchos clientes tienen la necesidad de ladear la cabeza, tienden a hacerlo porque quieren ayudar, pero eso es incómodo para nosotros y puede ser peligroso. La máquina no hace su función correcta.
- No pisar el posa pies a la hora de subir, porque no es un escalón. Las sillas son carísimas y se dañan con mucha facilidad.
- Agenden una cita. No nos gusta hacerlos esperar, nos gusta enfocarnos solo en ustedes.
Karla Ibarra, estilista y fundadora de Karla Ibarra Hair Salon
Experta en tratamientos, cortes y tintes para todo tipo de pelo y de rostro, Karla, la creadora de Karla Ibarra Hair Salon (@karlaibarrahairsalon), es fiel creyente de que ¡menos es más!
All Things Hair: ¿Crees que algo cambió en tu forma de relacionarte con los clientes después de la pandemia?
Karla Ibarra: La verdad, sí. ¿A quién no cambió la pandemia? Creo que, ahora soy más consciente de que cada quien tiene su vida y todos pueden estar pasando por momentos difíciles. Trato de tener más empatía con los demás y saber escuchar sin hacer juicios.
ATH: Siempre se dice que ir al salón de belleza es como una terapia. ¿Te gusta tener esa relación cercana con los clientes? ¿Disfrutas ser la persona con la que se desahogan o, más bien, resulta agotador?
KI: ¡Esta es mi parte favorita de tener un salón de belleza! Me encanta escuchar a los clientes, saber sus historias de vida, lo que los hace sentir tristes o derrotados y verlos salir renovados después de una dosis de escucha y lágrimas, amando su nueva imagen y, sobre todo, agradecidos porque, después de todo, hay alguien que los escucha atentamente.
También están las buenas noticias y los triunfos que te hacen festejar como si fueran tuyos. Y, al final, la terapia a veces es para mí , porque, cuando hay algo que me tiene intranquila, triste o sin saber qué hacer, llega un gran consejo que me hace feliz o hasta le da solución a mi problema.
Me gusta que confíen en mí, siempre es bueno tener a alguien que sea bueno escuchando. No me es molesto ni agotador, aprendo de todo lo que escucho y, a veces, me doy cuenta de lo afortunada que soy en la vida.
ATH: ¿Cuál es el mayor reto o situación difícil a la que te has enfrentado durante todos tus años de carrera?
KI:
La peor situación que he pasado en mi negocio fue cuando perdí a mis papás. Fue algo muy fuerte para mí, pero me di cuenta de que hay gente que es empática conmigo.
Los clientes me entienden y comprenden que también tengo familia y problemas y son muy amorosos y pacientes. Pero, al mismo tiempo, están a los que solo les interesa que le des el servicio en tiempo y forma sin importar nada.
ATH: ¿Cómo es tu día o tu rutina en un día normal, pero “fuera de cámaras”, cuando aún no llegan los clientes o cuando se van, lo que nadie ve?
KI: Mi día es muy movido. Tengo una hermosa familia: un esposo muy trabajador ––como yo–– y una hermosa niña de cuatro años. Iniciamos el día en casa, preparándonos para la escuela y para trabajar.
Yo salgo medio desayunada y medio arreglada, si bien me va. A veces, me toma hasta media hora responder los mensajes ordenando citas, haciendo presupuestos, etcétera.
Checo también inventarios para saber si hay faltantes en alguna de las áreas de trabajo, como cabello, uñas o depilación. Llego al salón y sigo contestando mensajes que piden citas.
Arreglamos, ponemos “guapito” al salón y ¡a trabajar! Recibimos a los clientes con mucha alegría y siempre con una sonrisa.
ATH: ¿Qué le dices a alguien cuando te das cuenta de que no le gusta su pelo y sabes que es inseguro por su aspecto?
KI: Cuando llega un cliente, siempre escucho qué le gusta y qué no. Creo que eso es lo más importante. Les hago muchas preguntas: a qué se dedican o cómo es su día, por ejemplo. Todo este cuestionario inicial, lo hago siempre para tener el menor margen de error, pero siempre puede pasar algo al final que no convence al cliente.
¿Qué hago? Seguir escuchando y dar solución al problema. Si veo la más mínima duda en el resultado o no los veo convencidos, no los dejo ir hasta que salgan felices.
Puede pasar que ese día se fueron felices, pero me escriben o hablan diciendo que algo no los convenció. Les agradezco la sinceridad y la confianza para decirme y lo solucionamos. Prefiero que me lo digan y no se vayan y nunca regresen.
ATH: ¿Cómo es el cliente perfecto?
KI: El cliente perfecto es el que sabe lo que quiere, te da chance de ayudarle a elegir, tiene buena plática, es positivo y es pagador.
ATH: ¿Cómo es el peor cliente?
KI: Las personas negativas, groseras y las que nunca van a estar contentas, aunque les hagamos el mejor trabajo del mundo.
ATH: ¿Qué cosas dirías que son imperdonables de un cliente?
KI: Que sean groseros al pedir las cosas. Que, por ser un servicio, que piensen que ellos pueden poner el valor a tu trabajo. Que no lleguen a sus citas y ni siquiera avisen, o que lleguen muy tarde y se molesten si les dices que ya no los puedes atender.
ATH: ¿Qué opinas de los clientes que te piden que hagas lo que tú quieras con su pelo? ¿Cómo lo manejas?
KI: Me encanta y me hace sentir bien que confíen en mí y me dejen hacer en su cabello lo que pienso que les va mejor. Pienso que tantos años de esfuerzo y preparación me dan la seguridad de sugerir lo que les va mejor y les funciona en su día a día. Al final, el cliente decide la mejor opción con base en mis recomendaciones.
ATH: ¿Qué haces cuando un cliente te pide algún corte o tinte, por ejemplo, que, por tu experiencia, sabes que no va a ser favorecedor? ¿Intervienes o prefieres dejar que experimenten bajo su propio riesgo?
KI: Escucho qué quiere, por qué lo quiere y le doy opciones similares que le van mejor a su cabello y le van a ayudar a potenciar su belleza. Siempre intervengo, dando las mejores opciones de mantenimiento para su día a día. Nunca les digo que no se hagan algo, más bien, les doy una mejor alternativa.
ATH: ¿Cuáles son las tendencias de pelo que más te gustan actualmente?
KI: Una de las mejores tendencias hoy en día es lo natural: sin tanto mantenimiento y que [promueve que] amen su cabello tal cual es. Amo el ”menos es más”.
ATH: Si tus clientes tienen alguna condición como caspa, por ejemplo, ¿te molesta que no te lo digan y tengas que descubrirlo por ti misma?
KI: No me molesta. A veces, ni ellos saben que lo tienen o cómo tratarlo. Creo que es nuestro trabajo darles buenas opciones y explicar cómo pueden hacer para terminar con el problema. Si lo podemos hacer nosotros, ¡perfecto! Si no, recomendamos a un especialista.
ATH: ¿Qué haces cuando te equivocas?
KI: Todos somos humanos y tenemos equivocaciones, así que afronto los problemas con honestidad y trato de dar una solución.
ATH: ¿Cómo manejas una situación en la que al cliente no le gustó el resultado?
KI: Si al cliente no le gustó el resultado de mi trabajo, lo platico y trato de dar la mejor solución.
ATH: ¿Qué dirías que es lo más difícil de enfrentar todos los días en tu profesión?
KI: Lo más difícil de enfrentar en mi profesión es la gente negativa, que no cree en mí.
ATH: ¿Qué dirías que es lo más fácil y lo que más disfrutas de tu profesión?
KI: Amo platicar con la gente, dejarlas bonitas o guapos y que se vayan felices y agradecidos por mi trabajo.
ATH: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a lo mismo que tú?
KI: Diría que es un oficio hermoso en el que conoces gente muy linda. Es pesado, porque, cuando todos están descansando o de fiesta, nosotros estamos trabajando muy fuerte.
Vale la pena, al final es muy satisfactorio.
ATH: ¿Qué te gustaría que supieran tus clientes?
KI:
- Los clientes no siempre tienen la razón.
- Por los clientes hacemos muchas cosas que antes nunca haríamos.
- Los clientes son muy importantes y especiales para nosotros.
- Lo que se platica en salón, se queda en el salón.
- Me encanta tener mi salón lleno de clientes y hacer una platica interesante con todos juntos, opinando y riendo. Amo esos momentos.
Sergio Arturo Hernández, peluquero en Barbería Londres
Por su trabajo minucioso y la atención al detalle, Arturo, de Barbería Londres (@barberialondresoficial), es uno de los principales peluqueros recomendados en Querétaro. Su tendencia favorita es la fusión de lo clásico con lo moderno y está completamente agradecido con todos sus clientes.
All Things Hair: ¿Crees que algo cambió en tu forma de relacionarte con los clientes después de la pandemia?
Sergio Arturo: Lo único que veo distinto es la forma en la que te saludan los clientes. Durante la pandemia, saludábamos solo con palabras. Cuando se quitaron las restricciones, volvieron los abrazos y apretones de manos.
ATH: Siempre se dice que ir al salón de belleza es como una terapia. ¿Te gusta tener esa relación cercana con los clientes? ¿Disfrutas ser la persona con la que se desahogan o, más bien, resulta agotador?
SA: Una de las principales razones por las que decidí dedicarme a este oficio es la interacción que se tiene con la gente. Es muy enriquecedor que una persona que no conoces, después de uno o dos cortes, ya esté contándote cosas íntimas. Eso me gusta mucho, así mi trabajo no se hace pesado, se hace ameno. Para mí, es bastante enriquecedora esa parte.
ATH: ¿Cuál es el mayor reto o situación difícil a la que te has enfrentado durante todos tus años de carrera?
SA: La pandemia. Mi trabajo es de tener contacto con los clientes, así que era muy difícil poder platicar con ellos, acercarme a ellos. Es una de las rachas más difíciles que he tenido.
Como te decía, a mí lo que me gusta es interactuar con las personas y tuvimos que limitarlo en ese tiempo. También había clientes que preferían quedarse en su casa, y eso bajó mucho el trabajo, los días se hicieron largos y pesados por la falta de interacción.
ATH: ¿Cómo es tu día o tu rutina en un día normal, pero “fuera de cámaras”, cuando aún no llegan los clientes o cuando se van, lo que nadie ve?
SA: Algo primordial en mi rutina es agradecer a Dios por un día más y pedirle que nos dé trabajo y entendimiento. A partir de ahí, procedo a desinfectar las herramientas de trabajo, como las máquinas, los peines y las tijeras.
En lo personal, es importante tener el uniforme planchado y llegar puntual a las citas, con la mejor actitud.
ATH: ¿Qué le dices a alguien cuando te das cuenta de que no le gusta su pelo y sabes que es inseguro por su aspecto?
SA: El tema de inseguridad se ha dado más últimamente por la cuestión de que los hombres ahora tratamos de lucir lo mejor que podemos, cosa que antes era solo para mujeres.
No les damos la razón cuando ellos creen que su pelo se ve mal, sino que buscamos puntos a favor y les explicamos qué tipos de cortes les pueden favorecer de acuerdo a su tipo de pelo. También les preguntamos qué es lo que buscan, pero dejamos claro que no hay pelo perfecto y que siempre se puede hacer algo para sacarle provecho.
ATH: ¿Cómo es el cliente perfecto?
SA: No podemos decir que existe el cliente perfecto, porque tendríamos que decir que van con el barbero o peluquero perfecto.
Sí hay clientes con los que preferimos trabajar: aquellos que llegan con una sonrisa siempre y que tienen claro (y dejan claro) qué quieren.
ATH: ¿Cómo es el peor cliente?
SA: Las personas que exigen, pero no saben lo que quieren. Las que, prácticamente, dejan todo en tus manos, pero, aunque les des recomendaciones, tienen una actitud negativa porque no saben qué buscan.
ATH: ¿Qué opinas de los clientes que te piden que hagas lo que tú quieras con su pelo? ¿Cómo lo manejas?
SA: Yo lo manejo como tener una carta abierta con un cliente. Es un resultado de mi trabajo, del tiempo que me llevó ganarme su confianza. Juega a mi favor que él deje en mis manos su esencia y presentación.
Me pongo en el lugar de la gente y pienso qué les gustaría que pensaran de ellos y así, recomiendo lo mejor. Pienso en su cara, su tipo de cabello y, sobre todo, algo que sea fácil para él. Si yo veo un corte con el que no se va a poder peinar, le explico y le doy sugerencias. Cuando ellos aceptan, me gusta porque habla de mi trabajo y la confianza que me tienen.
ATH: ¿Qué haces cuando un cliente te pide un corte o tinte, por ejemplo, que, por tu experiencia, sabes que no va a ser favorecedor? ¿Intervienes o prefieres dejar que experimenten bajo su propio riesgo?
SA: Yo sí opino y les digo cuando algo no les va a favorecer, pero sin ser agresivo. Yo los pongo al tanto y les doy recomendaciones con respecto a lo que se les puede ver bien.
Un mal trabajo es muy notorio. Si a ellos no se les ve bien un corte de cabello, no solo van a hablar [mal] de ellos, sino de mí y de mi trabajo. Lo mejor para mí es platicar con ellos, decirles que no les favorece y les ofrezco cambios.
ATH: ¿Cuáles son las tendencias de pelo que más te gustan actualmente?
SA: En lo personal, una de las tendencias que más me gustan es la mezcla de lo clásico con lo moderno: lo que en algún punto estuvo de moda con lo de ahora. Lo clásico intervenido con algo moderno luce mejor, porque es más limpio.
ATH: Si tus clientes tienen alguna condición como caspa, por ejemplo, ¿te molesta que no te lo digan y tengas que descubrirlo por ti mismo?
SA: No es molesto porque es una condición que, tal vez, ellos ni siquiera identifican. Pero sí puede ser incómodo.
Por ejemplo, cuando la caspa es muy severa, puedes llegar a lastimar el cuero cabelludo. Es importante hacer una inspección antes o preguntarle al cliente si tiene algo que haya que cuidar. Así, podemos saber cómo actuar. Si se trata de algo que pueda perjudicar a otros clientes, usamos una máquina especial y la desinfectamos después.
ATH: ¿Qué haces cuando te equivocas?
SA: Trato de ser muy minucioso y evitar errores, pero todos nos equivocamos. Cuando eso pasa, soy honesto con el cliente. Ellos prefieren que lo admitas. Les explico la situación y soy sincero.
ATH: ¿Cómo manejas una situación en la que al cliente no le gustó el resultado?
SA: Como antes lo dije, trato de ser minucioso y, antes de cortar el pelo, trato de estar de acuerdo con el cliente para evitar errores. Si, al final, no quedaron satisfechos, pregunto la razón y le busco una solución.
ATH: ¿Qué dirías que es lo más difícil de enfrentar todos los días en tu profesión?
SA: Que no sabes qué va a llegar por la puerta. Un día puedes estar preparado para cortar solo con la máquina y terminas usando solo las tijeras. Eso es lo más complicado, que el trabajo no sea siempre igual. Hacer todos los días algo diferente, no tener una rutina e implementar todo lo aprendido.
ATH: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a lo mismo que tú?
SA: Este trabajo toma años de práctica y de echarle ganas. Esto es más práctica que teoría. No se den por vencidos, menos cuando algo salió mal, eso nos pasa a todos.
No siempre se puede tener a todos los clientes contentos. A algunos les va a gustar tu trabajo y a otros, no. Hay que tener en cuenta quién eres, qué eres capaz de hacer y con eso es más que suficiente. Es muy “llenador” interactuar con tantas personas, te da muchos momentos e historias felices. Solo sepan que hay días buenos y días malos.
ATH: ¿Qué te gustaría que supieran tus clientes?
SA:
- Que sepan que no somos máquinas. A veces nos atrasamos y, otras, somos más rápidos, pero es algo que no podemos controlar al 100%.
- Cuando enseñan fotos de internet, a veces no se puede conseguir exactamente el mismo resultado, ya que las imágenes pueden incluso estar manipuladas.
- Que aprendan a valorar y no menosprecien nuestro trabajo. Hay mucho detrás de un corte o de cualquier procedimiento.
- Estoy muy agradecido con los clientes, porque mi trabajo depende de ellos. Que lo sepan apreciar y sean fieles, me gusta, porque saben todo lo que hay detrás de tu servicio.