
La importancia de la higiene del cabello: todo lo que necesitás saber
La salud de tu cuero cabelludo y de tu pelo depende de esto.
En promedio, nos tocamos el pelo 4 veces por hora. Esto significa que podemos transferir a través de nuestras manos toda una serie de impurezas y bacterias transitorias a nuestro cuero cabelludo y el pelo. De ahí la importancia de la higiene del cabello (¡además de la de las manos!).
En este artículo, te contamos qué bacterias pueden estar presentes en el cabello y cómo higienizarlo. Como primera medida, te decimos, tratá de tocar menos tu pelo.
Bacterias en el cabello
Hay bacterias que forman parte de la flora normal de nuestra piel y el cuero cabelludo como Staphylococcus capitis. Estas se conocen como bacterias residentes. Sin embargo, otras tantas bacterias en el cabello son transferidas de otras partes del cuerpo o del medio ambiente.
También existe la posibilidad de que algunas bacterias se transmitan de las manos al pelo a través del contacto. Según una investigación publicada, en promedio, las personas pueden tocarse el pelo 4 veces por hora y, la cara, entre 16 y 23 veces por hora. Entre las bacterias transitorias se encuentran Escherichia coli y Staphylococcus aureus, dos bacterias conocidas por la mala higiene. Ambas pueden adherirse a la fibra capilar. La segunda, además, puede colonizar los tallos del cabello. Entonces, la importancia de la higiene del cabello radica en evitar afecciones en el cuero cabelludo.
Pasos para la higiene del cabello
Cepillar
Este paso previo al lavado es fundamental para retirar cualquier residuo que pueda quedar acumulado en el pelo. Eso sí, hacelo con un cepillo limpio, ya que en este pueden quedar depositadas bacterias, restos de productos y suciedad del ambiente. El proceso de lavado del cepillo va a depender del material de su material, pero con agua y shampoo debería ser suficiente.
Lavar
Este es el principal de los pasos para la higiene del cabello. Importa el cómo y el qué. Para que el lavado sea efectivo es necesario usar shampoo, aplicarlo sobre el pelo y masajear bien el cuero cabelludo con la yema de los dedos (¡no te olvides de la zona atrás de las orejas y la nuca!). Este gesto va a crear espuma y, por efecto arrastre, va a limpiar la extensión del pelo. Luego, enjuagá bien el pelo (acá ponemos el acento en “bien”). Continuá con el acondicionador, aplicándolo de medio a puntas. Enjuagá nuevamente.
Claro que el sistema de lavado que elijas es clave. La pista certera la dan los ingredientes o activos de sus fórmulas. Por ejemplo, la piritiona de zinc inhibe hongos (entre ellos, el hongo Malassezia, causante de la caspa) y bacterias.
Probá: el Shampoo y Acondicionador Antibacterial de Dove, diseñados para brindar una higiene completa y una solución antibacterial pero sin comprometer el cuidado. Este sistema de lavado, formulado con piritiona de zinc, remueve las bacterias del cabello y del cuero cabelludo, al mismo tiempo que da sensación de frescura y mantiene el pelo hidratado y nutrido.

Secar
En esta etapa, importa que la toalla que se emplee para secar el pelo esté limpia, como así también el peine que se utilice para desenredar el pelo. En caso de recurrir al secador de pelo y, posteriormente, otras herramientas de calor como planchita o buclera, estas también deben mantenerse en óptimas condiciones de higiene. Chequeá a menudo el filtro del secador de pelo. Si acumuló pelusas o suciedad, entonces remové esto con la ayuda de un cepillo y luego lavá el filtro con agua caliente y jabón. Una vez seco, ya podés colocarlo nuevamente. Hacé lo mismo con las placas de la planchita y la buclera: usá un poco de algodón o un paño húmedo y un poco de alcohol, pasalo por las placas con movimientos circulares. Asegurate de que las herramientas estén frías y desenchufadas para realizar este procedimiento. De no limpiarse, todas esas impurezas terminan en el cuero cabelludo y en el pelo, lo que puede desencadenar distintas afecciones.