Probamos: un sistema de lavado invertido
Veamos si es tan bueno como dicen...
Cuando me enteré de que había algo llamado “lavado invertido” no podía salir de mi asombro. Este sistema propone aplicar primero el acondicionador y luego el shampoo. Sí, así como leen. Yo tampoco lo podía creer pero, aparentemente, acondicionar el cabello antes de aplicar el shampoo nutre el pelo fino sin dejarlo muy pesado, lo prepara para la limpieza y ayuda a que el producto se distribuya mejor en toda la cabeza.
Y supuestamente, el lavado invertido, te deja la melena más voluminosa y liviana. Con todas estas promesas lo mejor que podíamos hacer era probarlo por nosotras mismas, y eso hicimos.
Para esto, elegimos el Acondicionador y el Shampoo Oil Radiante de TRESemmé, cuya fórmula, enriquecida con aceite de Argán y de almendras, está perfectamente balanceada para nutrir el pelo seco desde adentro sin dejarlo pesado.
Primer intento
A decir verdad, me llevó un tiempo poder hacerlo porque de forma automática y mecánica, agarraba el shampoo primero; entonces ya era demasiado tarde para intentar cambiar el método. Finalmente me decidí a probar el sistema de lavado invertido y a conciencia me apliqué primero el acondicionador en toda la cabeza. Vale aclarar que yo tengo el pelo teñido y, por lo tanto, bastante dañado, así que un acondicionamiento profundo me es siempre necesario. Lo dejé actuar unos diez minutos para que el producto penetrara muy bien en toda la cabeza y, en lugar de enjuagarlo como haría normalmente, le apliqué el shampoo encima.
Entiendo que esto resulte extraño de creer pero esta es la explicación: el shampoo lo que hace es lavar el exceso de producto, como lo dejamos actuar antes y esperamos a que se absorba bien, el cabello ya recibió previamente las bondades del acondicionador, ahora lo que necesitamos es eliminar lo que sobra.
Hasta acá todo perfecto. Fue difícil no volver a ponerme acondicionador, ya que no se siente sedoso y bonito como siempre y es una sensación rara pero, en realidad, eso que sentimos es la película que se crea alrededor del pelo, casi una ilusión. Lo dejé descansar en la toalla unos quince minutos para que absorba el agua y luego lo peiné. Para mi asombro, no fue complicado pasar el peine ni mucho menos. Dejé que mi pelo se seque con aire natural para ver cuál era el resultado. Lo primero que noté fue que el volumen era mayor, pero dudé porque ese día estaba lloviendo y había mucha humedad, pero también se sentía más liviano. Lo único que no me gustó fue que no estaba tan suave como de costumbre y eso es algo importante cuando el cabello está muy dañado.
Ahora sí
No tuve más remedio que probarlo de nuevo. Esta vez cambié el método. Hice lo mismo que la primera vez, solo que volví a aplicar acondicionador pero solamente en las puntas donde hay más daño. Parece que estoy haciendo trampa, pero creo que es lo más recomendable para cabellos que necesitan mucha nutrición y reparación. Así estamos teniendo lo mejor de dos mundos, el volumen en las raíces y la suavidad en las puntas.
En resumidas palabras, fue una experiencia interesante y tengo ganas de probarlo por más tiempo para ver si cambia algo a largo plazo. Mientras tanto, les digo que si son curiosas como yo, lo comprueben con sus propios ojos y después me cuentan.
¡Animate a probar este método!