ATH opina | Corte escolar: ¿deberían las escuelas tener autoridad sobre el cabello de los estudiantes?

Tradicionalmente, el regreso a clases implicaba que los estudiantes varones de colegios públicos y privados tuvieran que pasar por la peluquería para recibir, todos, el mismo corte. El corte escolar, como se le conoce, es un casquete corto, que se caracteriza por tener los laterales rapados y la parte superior del cabello un poco más larga, de tres a cinco centímetros. Sin embargo, las reglas referentes a la apariencia se han ido flexibilizando en los últimos años, lo cual abre el debate: ¿deberían las instituciones educativas ejercer autoridad sobre el cabello de sus alumnos? ¿Es discriminación o disciplina?

El corte escolar no es obligatorio

En la Ciudad de México, desde el ciclo escolar 2019-2020, la Secretaría de Educación Pública (SEP) determinó que no puede obligar a los alumnos a llevar el cabello corto y que es decisión de cada uno si lo lleva teñido.

Durante los primeros años de la pandemia, muchos niños, niñas y adolescentes aprovecharon el cierre de las escuelas para experimentar con sus melenas. En consecuencia, a muchos de ellos se les negó el acceso a los planteles una vez que se retomaron las clases presenciales. Ante esta situación, el 19 de agosto de 2022, la Secretaría de Gobernación (SEGOB), en coordinación con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), hizo un llamado a respetar los derechos a la educación y al libre desarrollo de la personalidad de los niños, niñas y adolescentes.

Editor’s tip: El CONAPRED pone a disposición de la población los números telefónicos 5262 1490 y 800 543 0033, el correo electrónico quejas@conapred.org.mx y el sitio web www.conapred.org.mx para atender cualquier queja relacionada con actividades discriminatorias.

El artículo 3 de la Constitución Mexicana señala que toda persona tiene derecho a la enseñanza. En esta debe prevalecer el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva.

Asimismo, ninguna ley federal o local impone la obligatoriedad de un determinado corte de cabello o peinado en las escuelas públicas de nivel básico o medio superior, ni se prohíben explícitamente los tintes.

Las instituciones privadas cuentan otra historia, ya que estas elaboran su propio reglamento escolar, que debe firmarse por los padres de familia y ser acatado por los estudiantes. Este contiene las normas básicas de la convivencia escolar, adecuadas al contexto, mismo que debe ser compatible y ajustarse con las dimensiones del derecho a la educación. Así, deja a criterio de cada centro educativo el contenido del reglamento.

Por esta razón, muchos colegios privados dictaminan normas que afectan la apariencia de los estudiantes. Usualmente, estas exigen portar el cabello corto, en los varones, e impiden el uso de tintes.

Ahora bien, la Ley General de Educación establece que la educación en México debe ser inclusiva y respetar el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Por lo tanto, las instituciones no pueden negar el acceso a los alumnos que decidan tener el cabello largo o teñido —o, incluso, que no porten el uniforme—, aunque sus reglas no lo permitan.

“La educación inclusiva se refiere al conjunto de acciones orientadas a identificar, prevenir y reducir las barreras que limitan el acceso, permanencia, participación y aprendizaje de todos los educandos, al eliminar prácticas de discriminación, exclusión y segregación”, dice en su artículo 61 de la Ley General de Educación.

¿Discriminación o disciplina?

Permitir que los estudiantes tengan libertad creativa sobre su apariencia —y así erradicar el corte escolar, entre otras normas— divide opiniones. Quienes están en contra argumentan que la autenticidad no necesariamente debe reflejarse en lo que usamos y cómo nos presentamos durante nuestros años escolares. Para algunos, mantener la uniformidad en el cabello es una forma de integrar al alumnado.

También hay quienes opinan que estas políticas enseñan a los estudiantes a ser disciplinados y los preparan para el mundo laboral. Spoiler alert: una imagen profesional tiene distintas interpretaciones, especialmente en las industrias creativas.

Además, algunos educadores afirman que las escuelas deberían controlar el cabello de los estudiantes para que puedan identificar su sexo. Esta idea no solo es absurda y anticuada, sino que es discriminación basada en el sexo.

Cada persona tiene una identidad única, y el cabello es una parte importante de ella. Permitir que los estudiantes experimenten con su cabello contribuye a la diversidad y fomenta un sentido de autenticidad. De esta manera, les hacemos saber que su individualidad es valorada y apreciada. Además, les brinda la oportunidad de ser creativos. La autoexpresión es una parte esencial del crecimiento y desarrollo personal, y la escuela debería ser un lugar que la fomente sin imponer restricciones innecesarias.

Como estudiante siendo forzada a usar uniforme, mi pelo era el único recurso disponible para manifestar mi identidad. Lo llevaba recogido de mil maneras, cada una más original que la anterior, con accesorios llamativos e, incluso, postizos de colores para diferenciarme del resto. La moda era mi forma expresión y, sin ella, me sentía perdida. La belleza me ayudó a encontrarme.

También hay que mencionar que prohibir ciertos peinados o cortes de cabello puede propiciar la marginalización de ciertas comunidades o perpetuar estereotipos. Respetar y permitir diferentes estilos es una muestra de respeto por la diversidad cultural y étnica.

Por último, eliminar las restricciones innecesarias sobre el cabello permite a los estudiantes concentrarse en su educación y desarrollo académico. Al fin y al cabo, el propósito de la escuela es brindar un ambiente propicio para el aprendizaje. La libertad en la elección del cabello no afecta negativamente este objetivo.

¿Tú qué opinas del corte escolar? ¿Estás a favor o en contra de que las escuelas regulen el cabello de los estudiantes? Sigamos el debate en @allthingshairmex, ¡nos encantará leerte!