Mitos sobre las mujeres de pelo rojo

Se dice que las morochas son inteligentes, que las rubias saben divertirse… ¿y las pelirrojas? En el universo de los mitos populares hay también lugar para las mujeres de pelo rojo. ¿Cuántas veces escuchamos decir que las coloradas son bravas o fogosas? Algunos de estos mitos resultan un tanto disparatados, otros dan escalofríos, otros directamente arrancan carcajadas. Eso sí, todos son igual de sorprendentes.

Según estadísticas, se estima que entre el 1 % y 2 % de la población mundial tiene el pelo rojo naturalmente. Esta se concentra, principalmente, en Europa Occidental; Irlanda, Escocia e Inglaterra a la cabeza. Sin embargo, estas creencias vienen desde distintas latitudes. Exploramos su origen y tratamos de desentrañar sus significados. Incluímos también algunas curiosidades… Seguí leyendo.

Creencias del pelo rojo

Las pelirrojas son temperamentales

En Rusia, se cree que el cabello rojo significa que la persona tiene un carácter fuerte. De hecho, hay un dicho que dice: “Nunca hubo un santo con pelo rojo”. Acá también hemos escuchado más de una vez esa creencia. Pero, ¿de dónde viene? Probablemente del hecho de que los escoceses, con su gran porcentaje de población pelirroja, descienden de los celtas, famosos por ser guerreros violentos.

Nuestro tip: potenciá el brillo de tu pelo con el uso del Óleo Elixir Oil Radiante de TRESemmé.  Solo unas gotas bastan para revelar el brillo.

De la suerte

La superstición indica que si le frotás la cabeza a un pelirrojo vas a tener suerte. Pero eso no es todo. En Polonia, si ves a tres mujeres pelirrojas en la calle, dicen que es muy probable que te ganes la lotería (¡¿cuáles son las chances?!). En cambio, en Dinamarca, tener un niño pelirrojo en la familia significa una bendición.

Perseguidas por ¿ser brujas?

Existió una creencia germánica de que las mujeres de pelo rojo eran brujas. Por eso, entre 1483 y 1784, fueron perseguidas, ya que el pelo rojo era considerado una anormalidad o una marca del demonio, al igual que los lunares, las marcas de nacimiento, las pecas y las verrugas. Se estima que, durante esta época, alrededor de 45.000 mujeres fueron torturadas y asesinadas por su color de cabello.

Historias de vampiros

La mitología griega apoya la creencia de que las personas con pelo rojo se transforman en vampiros una vez que mueren. Más allá de la gracia que esto puede causar, es cierto que los pelirrojos tienen que tomar más recaudos al estar expuestos al sol, ya que el pigmento presente en su pelo es más susceptible al melanoma. Por eso, recomendamos el uso de sombreros, pañuelos y productos que protejan la melena del sol.

Conquistadores natos

No es novedad que los pelirrojos llaman más la atención, sobre todo las mujeres. Y, al parecer, tienen más éxito a la hora de conquistar corazones. Estudios psicológicos explican que el pelo rojo provoca más excitación que cualquier otro color por estar asociado a la fertilidad y la juventud. ¿Qué tal?

¿En peligro de extinción?

Este es uno de esos rumores que se viralizan por internet y nadie sabe a ciencia cierta de dónde viene. Algunos buscaron el fundamente en el cambio climático: alegaban que el aumento de la radiación solar iba a afectar el gen de los pelirrojos. Tranquilos, es solo una falsa creencia.

Curiosidades del pelo rojo

Cantidades

El pelo rojo es más grueso que el de otras tonalidades como los rubios, castaños o negros. A simple vista, podríamos aseverar que sí. Sin embargo, las melenas rojas poseen menos cantidad de pelo. La media de cabellos para los pelirrojos es de 90 mil, mientras que para las personas rubias es de 110 mil y para los morochos, 140 mil.

Nuestro tip: Recomendamos lavar el pelo grueso con un sistema de lavado que lo nutra pero que, a la vez, lo deje liviano y manejable. Una gran opción es el Shampoo y Acondicionador Hidratación Intensa de Dove.

Canas, no problem

Los pelirrojos no deben preocuparse por las canas hasta ser mayores. ¿Por qué? Porque el pigmento de su pelo se conserva por más tiempo, por eso tardan más en aparecer las canas. A su vez, antes de ser blanco, se transforma en rubio. ¡Zafaron!