Así va a ser cuando puedas volver a la peluquería y así se preparan para recibirte
¡Los extrañamos!
Nos pusimos en contacto con varios salones de belleza y nos contaron cómo se están preparando para la reapertura. Expectativas, optimismo pero, sobre todo, la necesidad de volver a trabajar. Enterate qué esperar cuando vuelvas a tu peluquería.
Sin revistas, con turnos espaciados, uso estricto de tapabocas… estos son solo algunas de las nuevas pautas a las que se atienen las peluquerías y salones de belleza en esta nueva realidad.
Así se preparan las peluquerías
Ya pasaron más de 80 días desde que cerraron los salones de belleza por la cuarentena. Hablamos con algunos de estos salones para saber cómo se están preparando para el día que puedan volver a abrir sus puertas.
Ale Lamensa, dueña de Ale Lamensa Estudio, nos contó cómo viene sorteando la situación hasta ahora y qué le depara a los clientes cuando abra sus puertas: “Al no haber un protocolo aún, yo armé uno que no es muy diferente a como yo trabajo usualmente. Voy a seguir atendiendo con turnos, pero en vez de cada media hora, los empecé a agendar a cada hora y sin acompañantes. Desde la higiene voy a desinfectar las tijeras, el secador y planchita; se le da una toalla y una capa de corte por cada clienta; algunas serán descartables y otras para para lavar. Cuando llegan al estudio (que es un departamento), ya cuento con una alfombra desinfectante para el calzado. Como protección personal, utilizo el alcohol en gel, los anteojos, el barbijo. A mis clientes voy a solicitar el barbijo obligatorio. Asimismo, como ofrezco bebidas, voy a recurrir a los vasos descartables. Y entre cliente y cliente, voy a desinfectar el ambiente. Aún me quedan por resolver varios puntos. Mi método es el de corte de pelo en seco. Y lo que estuve leyendo es que posiblemente obliguen a lavarlo. Vamos a ver”.
En tanto, Javier Luna, dueño de Javier Luna Peluquerías, aportó algunas medidas más. “Nosotros somos una peluquería boutique, no tengo miles de empleados, pero tengo el espacio para cumplir con los protocolos. Por ejemplo, en el local de Palermo, somos 12 personas en 250 metros cuadrados, los cuales podemos atender con espacio amplio y prudencial. Nosotros vamos a vestir un mameluco descartable, guantes, barbijo y gafas. Cuando ingresa el cliente, debe pasar por una cabina de ozono que sanitiza el cuerpo y el pelo. Luego, pasan al salón, y el abrigo, cartera y pertenencias se colocan en una bolsa de polietileno transparente. El cliente solamente puede tener su celular consigo. A partir de ahí, se le designa un box de acrílico en donde ingresa un cliente por cada uno de los profesionales. Entre cliente y cliente, se realiza todo el proceso de sanitización para que ingrese el próximo cliente. Asimismo, no se va a ofrecer servicio de café ni a colocar revistas”.
La franquicia de Villa Allende, Córdoba, de Prana Peluquería de Diseño ya está trabajando nuevamente. Con esta experiencia en marcha, la cadena planea abrir luego sus cuatro locales de Buenos Aires. “Si nos guiamos por lo que se hizo en la franquicia de Córdoba, no se hicieron grandes modificaciones estructurales del salón, ya que nuestro negocio no es masivo. Se implementó la modalidad de turnos preestablecidos y todas las medidas de higiene acordes”, dice Diego Moreno, Responsable de Marketing y Comunicación de Prana Peluquería de Diseño. El uso del tapabocas y gafas; los turnos espaciados según la necesidad del cliente (corte, color, peinado, manicura); la desinfección permanente del espacio de trabajo y de elementos, son los ejes del protocolo de higiene y seguridad que van a cumplir a rajatabla sus salones cuando puedan abrir.
Esto están haciendo los salones mientras tanto
En este camino, muchos de ellos lograron reinventarse para seguir subsistiendo como negocio. Los expertos en color, por ejemplo, empezaron a ofrecer kits para teñirse el pelo en casa. Diego Perla, alma máter de Perla Estudio, abrió su tienda online y ofrece la #PerlaBox, con todo lo necesario para hacerse el color, incluso tiene una opción para teñirse de colores fantasía. También cuenta con la posibilidad de hacer consultas online.
Ale Lamensa comparte: “Empecé a investigar sobre el servicio de corte online. Al principio me pareció un delirio, pero luego me lancé a ofrecerlos. Hago cortes online en vivo. Me parece que como herramienta está resultando, ya que ¡la gente está desesperada por cortarse el pelo! En el corte online yo los guío y solo necesitan una tijera con buen filo. De hecho, ya tengo turnos tomados de mujeres que quieren cortarle a sus hijos. Otro recurso, fue una gift card para regalar un corte por adelantado, que está buenísimo. Confieso que empecé siendo muy rígida para adaptarme, pero fueron tantos los pedidos, que tuve que darle forma a la idea, abrir la cabeza y ponerme desde un lugar que le sirva a la otra persona”.
En Prana, implementaron algo semejante. “Implementamos las gift cards. Tenemos clientes fanas, así que ya estamos agendando turnos, incluso les estamos haciendo descuentos por haberse animado a sacar el turno con tanta anticipación. Son clientes fieles, y eso nos deja tranquilos que, en las buenas y en las malas, nos acompañan siempre. Asimismo, estamos personalizando tapabocas de Prana, a pedido de los clientes. La verdad es que decidimos tomárnoslo con mucha creatividad para no caer en el pánico”, detalla Diego Moreno.
Javier Luna también abrió una preventa de vouchers: “Pensados para que las primeras personas que puedan atenderse sean las que compraron el servicio por adelantado. Sin embargo, estoy en desacuerdo con el servicio a domicilio, porque uno entra a la casa de un cliente, entrás en su zona de confort, hay confianza, y ahí se baja la guardia de los cuidados: no vas estar viendo qué tocás, si se bajó el barbijo, etcétera. Lo digo por lo que veo en redes sociales de colegas que comparten fotos de lo que hacen a domicilio y veo que ni ellos ni el cliente se están cuidando”.
Un cambio de paradigma
La enseñanza que esta situación nos deja como sociedad es profunda y reveladora. Ni hablar para este tipo de negocios que ha sido uno de los más impactados -junto al rubro gastronómico- por la pandemia.
Diego Moreno de Prana ve el vaso lleno: “De alguna manera esto viene a ayudarnos a los profesionales de la peluquería a ser más profesionales aún. Hay que buscarle el lado positivo. Por ejemplo, vamos a poder dedicarle más tiempo al cliente, buscarle la vuelta para que la permanencia en el salón sea bárbara. Prana, quiere estar a la altura de paradigma”.
Javier Luna, en tanto, se muestra expectante pero no deja de lamentar el impacto que ha tenido esta pandemia sobre su negocio: “Mis expectativas con respecto a la reapertura de los salones es poder trabajar. En este marco, darle a cada cliente los cuidados que todos necesitamos. Por otro lado, soy sincero, no creo que podamos levantar ‘el muerto’ de los cuatro meses de estar sin producir. En ninguno de mis locales me condonaron el alquiler, ni las expensas, pago la luz, el gas… o sea, las deudas son inimaginables. El rubro va a seguir perdiendo fuentes de trabajo lamentablemente hasta recuperarse”.
A medida que más rubros se rehabilitan para volver a trabajar, nosotros nos aferramos al optimismo y palpitamos la reapertura de los salones de belleza muy pronto. Porque el pelo sigue creciendo, el color necesita un retoque, las manos demandan prolijidad y, sobre todo, queremos volver a disfrutar de la experiencia de entregarse a ese ambiente divertido que se vive en una peluquería.